La estrategia climática recientemente revisada de California establece una meta más ambiciosa para 2030 de reducir los gases de efecto invernadero en un 48% en comparación con 1990. Pero alcanzar la nueva meta de 226 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente en ocho años requerirá fuertes reducciones en las emisiones y el uso de combustibles fósiles.