Según datos de los Centros para el Control de Enfermedades, la gran mayoría de los abortos en Estados Unidos entre 2017 y 2019 ocurrieron después de las seis semanas de gestación. Esto significaría que si se aprueba una ley que prohíba los abortos después de las 6 semanas de embarazo, la mayoría de las mujeres no podrían abortar.